Por: INTA Informa Foto: INTA En t&eacute;rminos generales, tanto el color como las caracter&iacute;sticas de la grasa proporcionan la informaci&oacute;n necesaria para conocer la calidad nutricional de la carne. Tonalidad, cantidad y localizaci&oacute;n de las grasas son los principales indicadores para seleccionar los cortes m&aacute;s saludables y, a la vez, m&aacute;s tiernos, jugosos y sabrosos. En este sentido, t&eacute;cnicos del INTA Balcarce &ndash;Buenos Aires&ndash; aseguran que con un correcto manejo del pastoreo y suplementaci&oacute;n es posible obtener animales hasta un 50% m&aacute;s pesados, sin resignar carne de calidad. De acuerdo con Enrique Pav&aacute;n, especialista del &aacute;rea de Producci&oacute;n Animal del INTA Balcarce, estos atributos de calidad no son exclusivos de los animales m&aacute;s j&oacute;venes. &ldquo;Con una buena administraci&oacute;n de la dieta, es posible lograr animales de 18 y 24 meses que lleguen a los 420- 450 kilos&rdquo;, se&ntilde;al&oacute;. Un buen balance de la dieta sumada a pasturas bien manejadas no s&oacute;lo mejora la producci&oacute;n de carne por hect&aacute;rea, sino que tiene beneficios econ&oacute;micos en la empresa ganadera. Adem&aacute;s, provoca un efecto positivo sobre la calidad de la carne. El esquema propuesto por Pav&aacute;n comienza con la incorporaci&oacute;n de terneros de destete de 170 kilos en marzo o abril. A partir de ese momento se desarrolla una buena recr&iacute;a, con lo cual los animales llegan a 330 kilos en octubre y, si hay pasto, se extiende hasta fines de noviembre. &ldquo;La idea es utilizar una dieta, preponderantemente a pasto durante la recr&iacute;a, que permita conseguir una ganancia de peso de 600 a 800 gramos por d&iacute;a&rdquo;, indic&oacute; el especialista del INTA y docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Mar del Plata. La &uacute;ltima etapa es el engorde. All&iacute;, los animales entran al corral por 60 o 100 d&iacute;as con dieta a base de grano. &ldquo;En esta etapa tendr&aacute;n una ganancia de peso de 1.300 gramos, deponen la grasa necesaria y siguen generando m&uacute;sculo&rdquo; expres&oacute; Pav&aacute;n, quien manifest&oacute; que esta etapa lograr&aacute; animales de 420 o 450 kilos con condiciones adecuadas de grasa y m&uacute;sculo para el consumo local. &ldquo;As&iacute; se obtienen altos niveles de producci&oacute;n y se logra terminar un animal pesado dentro del a&ntilde;o de engorde, con alta calidad&rdquo;, se&ntilde;al&oacute;.&nbsp; &ldquo;Esta f&oacute;rmula le agrega mayor eficiencia al sistema productivo, ya que en un ciclo se tiene m&aacute;s cantidad de carne con igual o mejor calidad&rdquo;, se&ntilde;al&oacute; Pav&aacute;n y agreg&oacute;: &ldquo;El tiempo transcurrido desde el nacimiento hasta alcanzar el peso de faena es entre 18 y 24 meses&rdquo;. <p style="text-align: center;"> Alternativas suplementarias Tuna&nbsp; En los llanos riojanos, el clima subtropical semi-des&eacute;rtico limita la producci&oacute;n ganadera debido a la escasa o nula disponibilidad de forraje y alta arbustizaci&oacute;n. Por este motivo, t&eacute;cnicos del INTA eval&uacute;an la incorporaci&oacute;n de Opuntia ficus-indica, conocida como tuna, como alimento de emergencia para bovinos.&nbsp; Ra&uacute;l D&iacute;az, investigador del INTA La Rioja, se&ntilde;al&oacute; que &ldquo;en esta zona del pa&iacute;s, la suplementaci&oacute;n de bovinos en per&iacute;odos de sequ&iacute;a y &eacute;pocas de balance energ&eacute;tico negativo puede ser un problema para los productores, debido a los costos y falta de disponibilidad de alimentos concentrados&rdquo;. Por esto, &ldquo;la incorporaci&oacute;n de Opuntia, como alimento de emergencia y de bajo costo, puede ser una buena alternativa para sumar a la dieta de los animales y pasar el invierno&rdquo;. Como alternativa forrajera de emergencia, la tuna es una especie que se destaca por el aporte de agua, fibra, energ&iacute;a, minerales y vitaminas. Estudios locales sobre la fertilizaci&oacute;n de Opuntia en secano, con un fertilizante mineral comercial y uno org&aacute;nico esti&eacute;rcol de cabra, determinaron que la aplicaci&oacute;n de fertilizante mineral en forma de urea (200 kilos por hect&aacute;rea) incrementa el contenido de prote&iacute;na bruta de los cladodios &ndash;tallo modificado, que tiene la misma funci&oacute;n de una hoja&ndash; de la tuna. Mientras, en un an&aacute;lisis a corto plazo, el mismo aporte realizado en forma org&aacute;nica, o en combinaci&oacute;n org&aacute;nica y mineral, no result&oacute; en cambios significativos respecto del testigo sin fertilizar. Avena La incorporaci&oacute;n de verdeos de invierno es una pr&aacute;ctica que, adaptada gracias al manejo agron&oacute;mico, gana terreno en las distintas regiones ganaderas del pa&iacute;s. En combinaci&oacute;n con otras estrategias de alimentaci&oacute;n, la disponibilidad de pasto de calidad proveniente de verdeos y megat&eacute;rmicas es clave para asegurar la provisi&oacute;n de forrajes en los sistemas ganaderos, ya sean de cr&iacute;a, recr&iacute;a o terminaci&oacute;n. En este sentido, ensayos del INTA Reconquista &ndash;Santa Fe&ndash; muestran las potencialidades de cultivares de avenas de ciclo corto como opci&oacute;n para cubrir el bache invernal, cuando disminuye el pastizal natural en el norte de la provincia. La incorporaci&oacute;n de avenas permite aumentar la disponibilidad de pasto de calidad y lograr ganancias de peso de 500 gramos por d&iacute;a en sistemas de recr&iacute;a con suplementaci&oacute;n y de un kilo diario en rodeos de terminaci&oacute;n. De acuerdo con Cecilia Capozzolo, investigadora del INTA Reconquista, estos indicadores denotan un impacto positivo cuantitativo y cualitativo en el rodeo. Aclar&oacute; que los verdeos &ndash;para los que se recomiendan especies como avena, cebada, centeno, trigo&ndash; y las megat&eacute;rmicas se complementan para estabilizar la cadena forrajera.&nbsp; Para Ana Brach, investigadora del INTA Reconquista y colega de Capozzolo en el desarrollo de los ensayos, las zonas en las que pueden realizarse verdeos son muy variables y se logra a partir de manejo agron&oacute;mico adaptado a las condiciones regionales. &ldquo;Se deber&aacute;n tener en cuenta las condiciones agroecol&oacute;gicas de cada regi&oacute;n para la elecci&oacute;n del cultivar, fechas de siembra, manejo sanitario y fertilizaci&oacute;n&rdquo;, indic&oacute;. Sorgo Lejos de considerarse una reserva forrajera de uso ocasional, la combinaci&oacute;n de ensilajes y ganader&iacute;a es una decisi&oacute;n que gana consideraci&oacute;n entre los productores. Adem&aacute;s de aumentar la productividad, el uso de picados permite incrementar la oferta forrajera total, brinda estabilidad a lo largo del a&ntilde;o y facilita la obtenci&oacute;n de un balance nutricional positivo en las distintas etapas de producci&oacute;n, principalmente en recr&iacute;a y engorde. Debido al abanico de aspectos beneficiosos, t&eacute;cnicos del INTA Manfredi &ndash;C&oacute;rdoba&ndash; exploran las potencialidades del sorgo como recurso forrajero alternativo al ma&iacute;z, a partir de evaluaciones realizadas en parcelas experimentales, lotes de producci&oacute;n y campos de productores. Con una marcada tendencia hacia la eficiencia, los resultados indican que los animales alimentados con ensilajes de sorgo logran niveles respuestas productiva similares a los obtenidos con ensilajes de ma&iacute;z. La elecci&oacute;n del h&iacute;brido es clave para obtener una respuesta animal competitiva, sumado a las buenas pr&aacute;cticas para la confecci&oacute;n de los ensilajes con picados de planta entera. As&iacute;, Marcelo De Le&oacute;n, investigador del INTA Manfredi &ndash;C&oacute;rdoba&ndash;, valor&oacute; la incorporaci&oacute;n del sorgo en ganader&iacute;a debido a que significa su transformaci&oacute;n en prote&iacute;na animal en origen: &ldquo;Al igual que el ma&iacute;z, el sorgo brinda un alto potencial de producci&oacute;n de forraje de buena calidad, que puede ser conservado para su uso estrat&eacute;gico en cualquier momento y para distintos requerimientos nutricionales&rdquo;. &nbsp;