Por: Lic. Amalie Ablin*. Licenciada en Ciencia Pol&iacute;tica. Postgrado Programa de Capacitaci&oacute;n Ejecutiva en Agronegocios. Fotos: Banco de im&aacute;genes Las proyecciones de la Organizaci&oacute;n de las Naciones Unidas para la Alimentaci&oacute;n y la Agricultura (FAO) y la Organizaci&oacute;n para la Cooperaci&oacute;n y el Desarrollo Econ&oacute;mico (OCDE) adelantan que el mercado internacional de carnes para las diversas especies comercializadas podr&iacute;a evidenciar un importante crecimiento en la d&eacute;cada en curso hasta 2030. Pese a que m&uacute;ltiples informes destacan que la merma en el consumo global de carnes se est&aacute; profundizando por la difusi&oacute;n de nuevas tendencias orientadas al veganismo, la importancia creciente otorgada por los consumidores al bienestar animal y los elevados precios que inciden sobre la demanda, las organizaciones multilaterales citadas prev&eacute;n un incremento de la producci&oacute;n ganadera total hasta alcanzar 374 millones de toneladas a mediano plazo. De acuerdo a dichas proyecciones, hasta el a&ntilde;o 2030 la ganader&iacute;a crecer&iacute;a considerablemente, tanto por un aumento de volumen -en particular en el continente americano- as&iacute; como por un mejoramiento de la productividad que probablemente logre la Rep&uacute;blica Popular China por v&iacute;a de mejoras en la cr&iacute;a, peso promedio de faena y formulaciones alimenticias m&aacute;s nutritivas. Por ende, la disponibilidad global de prote&iacute;nas de origen animal aumentar&iacute;a en funci&oacute;n del incremento de producci&oacute;n previsto, estim&aacute;ndose en el caso de la carne vacuna un avance de casi 6% respecto del per&iacute;odo base (2020), alcanzando la producci&oacute;n de carne de vacuno a 75 millones de toneladas hacia 2030, no obstante atribuirse una tasa m&aacute;s d&eacute;bil de crecimiento de su demanda a una reorientaci&oacute;n de las preferencias de los consumidores hacia la carne aviar. As&iacute;, acorde las proyecciones citadas, el consumo c&aacute;rnico vacuno concentrar&aacute; 20% del total de la demanda global de carnes, frente a 41% de las carnes de ave, 34% para la carne porcina y finalmente 5% a ser cubierta por la carne ovina. &ldquo;La producci&oacute;n del sector ganadero deber&aacute; tener creciente consideraci&oacute;n por las cuestiones medioambientales y su sostenibilidad, dos de los mayores desaf&iacute;os de nuestros d&iacute;as respecto de la protecci&oacute;n del planeta&rdquo; Cabe contemplar, no obstante estas optimistas perspectivas al presente, que la industria c&aacute;rnica mundial deber&aacute; enfrentar -seg&uacute;n un informe del Rabobank, entidad financiera holandesa de renombre mundial en materia agropecuaria- aumentos de costos de las materias primas, laborales, energ&eacute;ticos y log&iacute;sticos. Acorde con esta visi&oacute;n las cadenas de suministro de prote&iacute;na animal confrontar&aacute;n presiones inflacionarias en cuatro &aacute;reas sustantivas vinculadas con los costos de la alimentaci&oacute;n animal, la mano de obra, la energ&iacute;a y el transporte. Al mismo tiempo, la producci&oacute;n del sector ganadero tambi&eacute;n deber&aacute; tener creciente consideraci&oacute;n por las cuestiones medioambientales y su sostenibilidad, dos de los mayores desaf&iacute;os de nuestros d&iacute;as respecto de la protecci&oacute;n del planeta. Estos retos se encuentran totalmente alineados con los objetivos incorporados por la Organizaci&oacute;n de las Naciones Unidas (ONU) en la &ldquo;Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible (OSD13)&rdquo;, que comprende la adopci&oacute;n de una serie de medidas urgentes para combatir el cambio clim&aacute;tico y sus efectos. En dicho contexto algunos actores del mundo de la carne -tal como la Uni&oacute;n Europea- estiman que habr&iacute;a que implementar en la cadena alimentaria el r&iacute;gido concepto &ldquo;del campo al plato&rdquo;, articulando las diversas disciplinas cient&iacute;ficas involucradas en busca de garantizar una salud sustentable tanto para los humanos como los animales en el marco de ecosistemas sanos, buscando acceder hacia una avanzada &ldquo;sanidad alimentaria&rdquo; de la poblaci&oacute;n. Desde una perspectiva diversa, la &ldquo;Mesa Redonda Global para la Carne Vacuna Sostenible&rdquo; (GRSB acorde sus siglas en ingl&eacute;s), anunciaba en 2021 el lanzamiento de sus objetivos de sostenibilidad global, orientados a avanzar y mejorar la misma en la cadena de valor global de la carne vacuna. Dichos criterios, a ser implementados por los socios de la GRSB a niveles nacionales, se orientan a impulsar el progreso en la ganader&iacute;a vacuna sostenible, estableciendo metas ambiciosas en torno a la reducci&oacute;n de las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora en el uso de la tierra y la introducci&oacute;n de mejores pr&aacute;cticas en materia de bienestar animal. En dicho marco la GRSB convoca a los l&iacute;deres nacionales de los respectivos sectores de la producci&oacute;n con el objetivo de promover y garantizar una mejora continua en la cadena de suministro global de las carnes, de forma de contribuir as&iacute; a la viabilidad futura de dicho segmento como un sistema alimentario sostenible, en un contexto productivo igualmente compatible con el medio ambiente. <p style="text-align: center;"> En el caso argentino, la Mesa Argentina de Carne Sustentable incluye m&aacute;s de 40 integrantes, representativos de todos los ciclos de la cadena de valor de la carne vacuna -desde su producci&oacute;n hasta su comercializaci&oacute;n- incluyendo a las C&aacute;maras representativas de las empresas proveedoras de insumos y servicios al sector as&iacute; como a las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) vinculadas al mismo, sin olvidar a los consumidores. Su compromiso es trabajar de manera mancomunada para promover la mejora continua de todos los eslabones de la cadena de valor de la carne vacuna argentina, impulsando una producci&oacute;n responsable y sustentable que atienda a balancear los impactos sociales, econ&oacute;micos y ambientales de la misma. La Mesa ha enfatizado que &ldquo;la industria mundial de la carne vacuna puede desempe&ntilde;ar un papel clave para mitigar el cambio clim&aacute;tico, buscando a trav&eacute;s de la acci&oacute;n de su red global de miembros reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora en el uso de la tierra y la difusi&oacute;n de las pr&aacute;cticas de bienestar animal&ldquo;. Cabe destacar que en el caso argentino -as&iacute; como en muchos otros pa&iacute;ses con sistemas productivos extensivos- la ganader&iacute;a contribuye a captar un segmento sustantivo del carbono que emite, dado que los mecanismos de alimentaci&oacute;n con pasturas permiten absorber dicha sustancia, redundando en una huella mucho menor de la misma en el producto final. En dicha direcci&oacute;n, el Instituto de Promoci&oacute;n de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) present&oacute; en 2021 el informe titulado &ldquo;Carne Argentina, Carne Sustentable&rdquo;, el cual asigna gran relevancia en el contexto de producci&oacute;n de alimentos mundial al cuidado del medio ambiente, concentrando su enfoque &nbsp;en el dise&ntilde;o de estrategias de mitigaci&oacute;n y adaptaci&oacute;n del cambio clim&aacute;tico, as&iacute; como en la generaci&oacute;n de valores locales de referencia. Dicho documento constituye un estudio interdisciplinario y abarcativo, que cubre diversos subtemas tales como el an&aacute;lisis de los sistemas productivos de pasturas y pastizales (Subgrupo 1); la competitividad asociada a acciones basadas en la sustentabilidad (Subgrupo 2); el impacto ambiental de la cadena de producci&oacute;n de ganado y carne bovina (Subgrupo 3); el estudio de las emisiones de gases de efecto invernadero, su balance y la huella de carbono (Subgrupo 4); y finalmente el an&aacute;lisis del impacto y tratamiento de efluentes en la cadena de producci&oacute;n de carne y ganado bovina (Subgrupo 5). Seg&uacute;n dicho informe, la ganader&iacute;a argentina refleja un bajo nivel de emisiones de efecto invernadero a nivel internacional, representando s&oacute;lo 0,15% del total generado en el &aacute;mbito planetario. Adem&aacute;s, se remarca el compromiso y la responsabilidad asignados a todos los sectores productivos respecto del cuidado del medio ambiente y su preservaci&oacute;n para las futuras generaciones. En esta direcci&oacute;n se concret&oacute; un examen de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (an&aacute;lisis FODA) de la ganader&iacute;a argentina. El informe enfatiza la necesidad de mejorar la eficiencia productiva de toda la cadena ganadera en el pa&iacute;s, a fin de &ldquo;diluir&rdquo; los eventuales impactos ambientales y clim&aacute;ticos de la misma, ya que registra una enorme disparidad de situaciones en cuanto a eficiencia productiva seg&uacute;n las regiones. Al mismo tiempo recuerda que tampoco debe confundirse la modalidad productiva en Argentina -caracterizada por una ganader&iacute;a vacuna basada en pastoreo en pastizales y pasturas- con la de otros pa&iacute;ses con climas diferentes, donde la totalidad (o mayor parte) del ciclo se desarrolla por razones esencialmente clim&aacute;ticas en establos. Efectivamente, dicho tipo de manejo del ganado no permite la posibilidad de secuestrar carbono en los suelos bajo pastoreo, lo que resulta factible en todos los sistemas aplicados en los pa&iacute;ses que integran el Mercosur. Por ello, puede observarse que la industria ganadera hace un aporte clave a las econom&iacute;as de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, lo que a su vez redunda en que Am&eacute;rica Latina y Central (M&eacute;xico en particular) aporten al presente 44% de las exportaciones globales de carne de res y 42% de las de ave, demostrando que resulta perfectamente posible impulsar modelos ganaderos sostenibles que aumentan la producci&oacute;n y reducen al mismo tiempo su emisi&oacute;n de gases. As&iacute;, dichos modelos no s&oacute;lo permiten obtener una adecuada rentabilidad econ&oacute;mica junto a beneficios sociales y medioambientales, sino tambi&eacute;n alcanzar mayor resiliencia frente a eventos clim&aacute;ticos extremos y contribuir a la restauraci&oacute;n de los servicios ecosist&eacute;micos. En este sentido se destaca la reciente entrada en vigencia del &ldquo;Plan Ganader&iacute;a Argentina 2022-2023 (GanAr)&rdquo;, consolid&aacute;ndose as&iacute; el objetivo gubernamental en t&eacute;rminos de pol&iacute;tica agropecuaria de aumentar la producci&oacute;n de carne vacuna en 600 mil toneladas hasta 2030. En efecto, el Ministerio de Agricultura, Ganader&iacute;a y Pesca inform&oacute; que a partir de febrero de 2022 el gobierno nacional asignar&iacute;a una bonificaci&oacute;n de tasas de inter&eacute;s sobre la l&iacute;nea de cr&eacute;dito por 100 mil millones de pesos (aprox U$S 700 millones) otorgada por los bancos a productores ganaderos, tamberos y cooperativas agropecuarias adheridos al plan. El objetivo de dicho programa es brindar previsibilidad y confianza a los productores, a cuyo efecto la nueva l&iacute;nea de cr&eacute;ditos a tasa bonificada apunta a impulsar la producci&oacute;n sostenible, mejorar la productividad y la competitividad, y promover la inversi&oacute;n y el empleo en el sector. <p style="text-align: center;"> &ldquo;La ganader&iacute;a argentina refleja un bajo nivel de emisiones de efecto invernadero a nivel internacional, representando s&oacute;lo 0,15% del total generado en el &aacute;mbito planetario&rdquo; Este criterio apunta a persuadir a los actores del sector de la carne sobre que resulta imperativo repensar los modelos de producci&oacute;n y consumo para poder as&iacute; abordar la alimentaci&oacute;n desde una perspectiva ambiental sustentada en criterios apropiados de soberan&iacute;a alimentaria acorde a los respectivos sistemas productivos practicados en diversas latitudes, incentivando a las autoridades de cada pa&iacute;s a trabajar conjuntamente con los productores, asociaciones gremiales, comercializadores, consumidores, expertos ambientalistas, cient&iacute;ficos y organizaciones internacionales para demostrar que la ganader&iacute;a sostenible es beneficiosa para todos en la medida en que se logre mejorar la sanidad animal y garantizar la satisfacci&oacute;n del consumidor en cuanto al respeto por una producci&oacute;n cuidadosa del medio ambiente y su protecci&oacute;n. (*) Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la instituci&oacute;n en la cual se desempe&ntilde;a.