Por: M.V. Mg Leonardo O. Mascitelli, Presidente de la Iniciativa para la Seguridad Agroalimentaria Latinoam&eacute;rica (IPSAL). Consultor independiente en sanidad animal, seguridad alimentaria y comercio internacional de agroalimentos. <p style="text-align: center;"> El marco global dentro del cual se desarrolla y se inserta la &ldquo;industria c&aacute;rnica&rdquo; (entendiendo, para este caso, a la cadena de valor de la carne bovina en un concepto amplio que comprende desde la producci&oacute;n a campo, la transformaci&oacute;n y elaboraci&oacute;n de productos comestibles, terminando con su comercio y consumo) es cambiante y est&aacute; permanentemente expuesto a nuevas tendencias, amenazas, desaf&iacute;os, entre otros aspectos. Su compromiso est&aacute; &iacute;ntimamente ligado con el concepto de seguridad alimentaria respetando el derecho humano a la alimentaci&oacute;n segura, inocua y nutritiva y teniendo en cuenta conceptos religiosos o culturales, por ejemplo. <p style="text-align: center;"> Es necesario poner en contexto la situaci&oacute;n actual, y futura, del sistema global referido al crecimiento de la poblaci&oacute;n mundial (recientemente 8 mil millones con proyecci&oacute;n de alcanzar cerca de 10 mil millones para el a&ntilde;o 2050), con el consecuente aumento del consumo de agroalimentos en general y de productos de origen animal, especialmente c&aacute;rnico bovino, la necesidad del aumento de la producci&oacute;n de alimentos y de la gesti&oacute;n correcta de todos los eslabones de la cadena productiva a efectos de preservar la sanidad animal, humana y el ambiente, como recomiendan los organismos internacionales referentes en la materia. Fallas en la gesti&oacute;n pueden traer aparejadas amenazas sobre el sector y sistema agroalimentario, y sobre los considerados bienes p&uacute;blicos mundiales definidos como la seguridad e inocuidad alimentaria, la sanidad animal, la salud humana y la salud ambiental de los ecosistemas. El sistema agroalimentario es un sector din&aacute;mico en constante crecimiento y diversificaci&oacute;n que debe adaptarse y atender los requerimientos y necesidades de los consumidores cada vez m&aacute;s informados (bien o mal) y sensibilizados por crisis sanitarias, pandemias, redes sociales y nuevas tendencias de consumo. Por su parte, el sistema de comercializaci&oacute;n globalizado exige cada vez m&aacute;s nuevos requisitos de sanidad y calidad, mayores exigencias de los compradores para dar garant&iacute;as que deben ser basadas en criterios cient&iacute;ficos de sustentabilidad para no generar riesgos para la salud de los animales, las personas y el ambiente. En este sentido, actualmente se considera necesario implementar el enfoque &ldquo;UNA SALUD&rdquo; y es imprescindible incorporarlo en las distintas estructuras de gesti&oacute;n, tanto las p&uacute;blicas como las privadas. Existen tambi&eacute;n nuevas tecnolog&iacute;as de producci&oacute;n c&aacute;rnicas que contrastan con las habitualmente naturales y que pueden generar confusi&oacute;n en los consumidores. Para que esto no ocurra y no se instale la discusi&oacute;n &ldquo;producci&oacute;n natural vs producci&oacute;n artificial&rdquo;, es necesario considerar las buenas pr&aacute;cticas de producci&oacute;n (sanidad y bienestar animal), elaboraci&oacute;n y comercializaci&oacute;n con responsabilidad de cada eslab&oacute;n de la cadena para prevenir y evitar impactos econ&oacute;micos y sociales negativos. Es necesario encontrar el equilibrio integral del sistema (producci&oacute;n, industria, comercio y consumo), no solo enfocarse en cada eslab&oacute;n ni en cada &aacute;rea o actor de la cadena de valor, sino tener una visi&oacute;n y enfoque global de la cadena. Por lo tanto, es recomendable fortalecer los sistemas de gesti&oacute;n correspondientes que permitan dar garant&iacute;as, generar credibilidad, producir informaci&oacute;n correcta, no tendenciosa. Conocer claramente qu&eacute; se est&aacute; discutiendo a nivel mundial que pueda impactar negativamente en nuestra industria c&aacute;rnica bovina. Lo referido al cambio clim&aacute;tico y la huella de carbono ya est&aacute; instalado pero tambi&eacute;n debe tenerse en cuanta la huella h&iacute;drica, por citar un ejemplo, ya que puede impactar en un futuro no muy lejano. Corresponde ser parte de la soluci&oacute;n, no del problema. Se trata de la b&uacute;squeda del equilibrio entre producci&oacute;n, consumo e impacto ambiental con acciones proactivas no solamente reactivas, para contrarrestar y estar preparados ante situaciones que representen amenazas a la industria c&aacute;rnica e impactos negativos en lo social (p&eacute;rdidas en las fuentes de trabajo), en los mercados (econ&oacute;mico) y en la salud (incalculable). Debemos entender la necesidad de establecer pol&iacute;ticas p&uacute;blicas sostenibles y sustentables, integrando a los sectores p&uacute;blico y privado involucrados. Corresponde discutir e implementar acciones estrat&eacute;gicas coordinadas incorporando mejoras en la gesti&oacute;n a partir de mejores pol&iacute;ticas y mejores instituciones. &nbsp; &nbsp; &nbsp;