<p style="text-align:justify">Por: Sergio D&iacute;az-Almanza, Alma Delia Alarc&oacute;n-Rojo e Iv&aacute;n Adri&aacute;n Garc&iacute;a-Galicia. Facultad de Zootecnia y Ecolog&iacute;a, Universidad Aut&oacute;noma de Chihuahua. M&eacute;xico <p style="text-align:justify">Fotos: Banco de im&aacute;genes <p style="text-align:justify">Dentro de los procesos de conservaci&oacute;n, la descontaminaci&oacute;n de microorganismos es una de las &aacute;reas en la que m&aacute;s se ha enfocado la investigaci&oacute;n, el desarrollo y la innovaci&oacute;n de metodolog&iacute;as, ya sea por un beneficio al producto alimenticio durante su almacenamiento, procesamiento o vida de anaquel, o por una reducci&oacute;n a problemas de salud en el consumidor causados por posible contaminaci&oacute;n bacteriana. Existe una gran variedad de metodolog&iacute;as de conservaci&oacute;n que se han desarrollado. Desafortunadamente, la mayor&iacute;a de ellas conllevan alteraciones estructurales, nutricionales o sensoriales indeseables, sobre todo aquellos procesos t&eacute;rmicos que implican alteraciones en la temperatura de la carne o sus productos. En a&ntilde;os recientes se ha puesto especial atenci&oacute;n a metodolog&iacute;as de conservaci&oacute;n emergentes no t&eacute;rmicas, consider&aacute;ndolas como una alternativa excelente, dado que no afectan la calidad del alimento. Este art&iacute;culo es una revisi&oacute;n sobre algunas que son aplicadas actualmente en el procesamiento de productos c&aacute;rnicos. <p style="text-align:justify">Luz ultravioleta <p style="text-align:justify">La luz ultravioleta (UV) es un tipo de radiaci&oacute;n no ionizante, cuyo rango operacional se encuentra entre los 100 y 400 nm de longitud de onda del espectro electromagn&eacute;tico para el&nbsp; procesamiento de alimentos. Su aplicaci&oacute;n en el alimento tiene como objetivo reducir la carga microbiana, conservando la calidad fisicoqu&iacute;mica y organol&eacute;ptica al alargar la vida en anaquel. La aplicaci&oacute;n de UV a los alimentos de manera general consiste en la exposici&oacute;n directa del mismo a la luz UV. Inicialmente se utiliz&oacute; en superficies para procesado de alimentos, posteriormente en alimentos l&iacute;quidos y superficies de alimentos s&oacute;lidos. En la actualidad, con la utilizaci&oacute;n de l&aacute;mparas de gas inerte (i.e. Xen&oacute;n) que producen pulsos intensos de luz UV que consisten en radiaci&oacute;n electromagn&eacute;tica con ondas en el rango de 100 a 1100 nm (luz visible, UV e infraroja), tambi&eacute;n se aplica a alimentos semi y s&oacute;lidos (Keklik et. al. 2012). <p style="text-align:justify">Se han realizado estudios con aplicaci&oacute;n de luz UV en forma de pulsos de aproximadamente 100 &micro;s. en los que se han observado resultados m&aacute;s efectivos para la inactivaci&oacute;n de microorganismos. La aplicaci&oacute;n de UV-C puede ser utilizada para la diminuci&oacute;n de la carga microbiana de Staphylococcus aureus, Listeria monocytogenes y Salmonella enterica. <p style="text-align:justify">Ultrasonido <p style="text-align:justify">El ultrasonido es definido como las ondas sonoras a una frecuencia mayor a la que puede ser escuchada por el o&iacute;do humano, correspondiente a frecuencias mayores a 20kHz. La frecuencia de ultrasonicaci&oacute;n es uno de los par&aacute;metros responsables del efecto o acci&oacute;n mec&aacute;nica del ultrasonido sobre la carne. Al aplicar ondas ultras&oacute;nicas con una frecuencia por debajo de 100 kHz se crean una menor cantidad de burbujas de cavitaci&oacute;n, pero de un mayor tama&ntilde;o. Las cuales al implotar liberan gran cantidad de energ&iacute;a al medio favoreciendo los efectos f&iacute;sicos. Al aplicar ondas ultras&oacute;nicas con frecuencias mayores a 100 kHz se crean mayor n&uacute;mero de burbujas de cavitaci&oacute;n, pero de un menor tama&ntilde;o, liberando menor energ&iacute;a al medio y generando radicales libres. Por lo que estas condiciones de procesamiento favorecen los efectos qu&iacute;micos de la cavitaci&oacute;n (Zupanc et al., 2019). Se han encontrado efectos ben&eacute;ficos al aplicar ultrasonido a alimentos, tales como: promover la transferencia de masa, activaci&oacute;n o inhibici&oacute;n de enzimas, reducci&oacute;n de carga microbiana, mejora de caracter&iacute;sticas organol&eacute;pticas como el color, emulsificaci&oacute;n, cristalizaci&oacute;n, homogenizaci&oacute;n, rompimiento de c&eacute;lulas y ablandamiento de carne (Alarcon-Rojo et al., 2019; Turanta? et al., 2015; Almanza-Rubio et al., 2016). <p style="text-align:justify">El deterioro de la carne se da principalmente por crecimiento microbiol&oacute;gico y por oxidaci&oacute;n lip&iacute;dica, lo cual puede resultar en p&eacute;rdidas econ&oacute;micas y en un riesgo de salud para el consumidor en caso de que no se realice un adecuado almacenamiento, distribuci&oacute;n o procesamiento (Turanta? et al., 2015). El UAI es una herramienta alternativa no t&eacute;rmica que ha sido investigada para la disminuci&oacute;n de cargas microbianas en c&aacute;rnicos (Turanta? et al., 2015). Se ha encontrado disminuci&oacute;n de coliformes totales, bacterias mes&oacute;filas y psicr&oacute;filas, mediante gradientes de presi&oacute;n y temperatura que pueden destruir la membrana celular y su ADN, causando la muerte celular (Alarcon-Rojo et al., 2019; Diaz?Almanza et al., 2019). Adicionalmente, se han encontrado efectos antimicrobianos en contra de Salmonella typhimurium, Salmonella derby, Salmonella infantis y Yersinia enterocolitica (Alarcon-Rojo et al., 2019; Caraveo et al., 2015) y una reducci&oacute;n de hasta 60% de la microflora natural de la carne (Aguilar et al., 2021). <p style="text-align:justify">El efecto del UAI sobre los microorganismos depende de las condiciones de ultrasonicaci&oacute;n (intensidad, tiempo, frecuencia), el medio de propagaci&oacute;n de las ondas ultras&oacute;nicas y concentraci&oacute;n y especie de los microorganismos (Diaz?Almanza et al., 2019; Zupanc et al., 2019; Aguilar et al., 2021). La utilizaci&oacute;n &uacute;nicamente de UAI suele tener un efecto bajo sobre la reducci&oacute;n de carga microbiana en c&aacute;rnicos. Por lo que se pueden utilizar combinaciones con otras tecnolog&iacute;as como altas presiones (Evelyn y Silva, 2018), pulsos de campos el&eacute;ctricos (Huang et al., 2006), irradiaci&oacute;n (Tremarin et al., 2017), compuestos qu&iacute;micos (Bastarrachea et al., 2017; Dolan et al., 2018) y temperatura (Li et al., 2017; Carrillo-Lopez et al., 2017). <p style="text-align:justify">La textura es una propiedad importante de la carne que afecta en la aceptaci&oacute;n al momento del consumo. La terneza o suavidad es la propiedad de textura m&aacute;s importante. En cuanto a la mejora de textura en productos c&aacute;rnicos por el UAI los resultados parecen ser muy variados. Por un lado se reportan mejoras en textura en carne de bovino Longissimus dorsi (Kang et al., 2017; Pe&ntilde;a-Gonz&aacute;lez et al., 2017; Pe&ntilde;a-Gonzalez et al., 2019), Longissimus lumborum (Barekat and Soltanizadeh, 2017; Diaz?Almanza et al., 2019), Semitendinosus (Jayasooriya et al., 2007; Chang et al., 2015; Wang et al., 2018), Semimembranosus (Stadnik and Dolatowski, 2011), sirloin (Roberts, 1991), flank (falda) (Zou et al., 2018), en donde la disminuci&oacute;n de la dureza es com&uacute;nmente atribuida a los efectos f&iacute;sicos de la cavitaci&oacute;n ac&uacute;stica, resultando en da&ntilde;o en el perimisio (Roberts, 1991), ruptura de la estructura de prote&iacute;nas miofibrilares y de col&aacute;geno (Pe&ntilde;a-Gonzalez et al., 2019) y un mayor &iacute;ndice de fragmentaci&oacute;n miofibrilar (Kang et al., 2017). Sin embargo, otros autores reportan nulo efecto en terneza al aplicar ultrasonido, atribuyendo com&uacute;nmente a que las condiciones de sonicaci&oacute;n no fueron lo suficientemente intensas (Gambuteanu and Alexe, 2013; Sikes et al., 2014; Wan et al., 2018). <p style="text-align:center"> <p style="text-align:justify">A pesar de las ventajas de la utilizaci&oacute;n del UAI, tambi&eacute;n se han reportado algunos efectos negativos sobre par&aacute;metros de importancia de la carne. El color es una de las propiedades m&aacute;s importantes debido a que es la primera impresi&oacute;n del consumidor en el mercado, considerando el color rojo cereza como el m&aacute;s deseable ya que generalmente lo relaciona con el grado de frescura y sabor (Tapp et al., 2011; Hern&aacute;ndez et al., 2019). El UAI puede tener un efecto adverso en las propiedades de color, se ha reportado disminuci&oacute;n en las caracter&iacute;sticas deseables con cambios a colores menos rojos y m&aacute;s p&aacute;lidos (Caraveo et al., 2015; Pe&ntilde;a-Gonzalez et al., 2019). Al aplicar UAI en carne, se han encontrado una disminuci&oacute;n de hasta 50% de los fosfatos necesarios para la elaboraci&oacute;n de emulsiones c&aacute;rnicas (Pinton et al., 2019). <p style="text-align:justify">Campo de pulsos el&eacute;ctricos o campos el&eacute;ctricos pulsados <p style="text-align:justify">El procesamiento de campo de pulsos el&eacute;ctricos (Pulsed Electric Fields, PEF por sus siglas en ingl&eacute;s) es una tecnolog&iacute;a de procesamiento no t&eacute;rmico que se encuentra en crecimiento ya que genera productos alimenticios seguros microbiol&oacute;gicamente, nutritivos y de apariencia fresca. Adicionalmente tiene ventajas econ&oacute;micas y de ahorro de energ&iacute;a. Es com&uacute;nmente utilizado en alimentos l&iacute;quidos de modo continuo o semicontinuo. Sin embargo, tambi&eacute;n puede ser utilizado en alimentos s&oacute;lidos en procesamiento por lotes. <p style="text-align:justify">La tecnolog&iacute;a de PEF consiste en la aplicaci&oacute;n de un campo el&eacute;ctrico entre 20 y 80 kV/cm sobre un alimento situado en medio de dos electrodos. Estos generan pulsos el&eacute;ctricos cortos con duraci&oacute;n entre 1 y 100 &micro;s. Para que la tecnolog&iacute;a de PEF sea efectiva en la inactivaci&oacute;n de microorganismos pat&oacute;genos y de descomposici&oacute;n, debe considerarse el tipo de pulso (monopolar o bipolar) y el tipo de onda (sinusoidal, cuadrado o de ca&iacute;da exponencial). Otros factores que afectan su efectividad son: los factores de proceso, como la fuerza del campo el&eacute;ctrico, n&uacute;mero de pulsos, tiempo de procesamiento, temperatura, forma del pulso, amplitud del pulso, polarizaci&oacute;n, frecuencia, energ&iacute;a espec&iacute;fica y dise&ntilde;o del equipo. Factores propios del microorganismo tambi&eacute;n pueden intervenir en la efectividad de los PEF: la concentraci&oacute;n, la susceptibilidad del microrganismo, su especie y tipo, sus condiciones de crecimiento, la composici&oacute;n del medio de crecimiento, la temperatura a la cual se desarrolla, la concentraci&oacute;n de ox&iacute;geno, entre otros. Los factores del producto alimenticio tambi&eacute;n influyen: composici&oacute;n, presencia de part&iacute;culas, az&uacute;cares, sales, espesantes, conductividad, fuerza i&oacute;nica, pH, actividad de agua, entre otros. El mecanismo de destrucci&oacute;n celular mediante la tecnolog&iacute;a de PEF se debe a la ruptura el&eacute;ctrica de las c&eacute;lulas a trav&eacute;s de electroporaci&oacute;n (Khan et al., 2016). <p style="text-align:justify">En las aplicaciones en alimentos, el efecto del PEF sobre las poblaciones bacterianas es normalmente irreversible. De manera que la membrana bacteriana sufre una disrupci&oacute;n permanente, resultando en la muerte (Arroyo et al., 2014; Buchman y Mathys, 2019). La inactivaci&oacute;n de microorganismos se correlaciona linealmente con la intensidad de PEF. Por lo que a mayor intensidad mayor inactivaci&oacute;n de microorganismos. Sin embargo, a intensidades muy elevadas se pueden afectar caracter&iacute;sticas organol&eacute;pticas de los productos. Se han encontrado efectos sin&eacute;rgicos de la utilizaci&oacute;n de PEF con tratamiento t&eacute;rmico, resultando en una reducci&oacute;n de carga microbiana y una extensi&oacute;n en la vida en anaquel de productos alimenticios (Khan et al., 2016). <p style="text-align:justify">El uso de PEF en carne se ha relacionado con la mejora en la conservaci&oacute;n del color, incremento de la terneza y a&ntilde;ejado. Espec&iacute;ficamente en carne de res (Longissimus lumborum y Semimembranosus) la aplicaci&oacute;n de PEF (10 kV, 90 Hz and 20 &mu;s) incrementa la terneza de la carne por un posible efecto de aceleramiento de la prote&oacute;lisis, junto con el efecto f&iacute;sico de los pulsos. Adicionalmente, no se detecta la formaci&oacute;n de olores y sabores indeseables o la oxidaci&oacute;n de l&iacute;pidos en ese tipo de carne por aplicaci&oacute;n de PEF (Swandy et al., 2015). Recientemente, Gomes et al. (2019) publicaron una revisi&oacute;n del efecto de PEF sobre la terneza de res y pavo, con m&aacute;s de diez documentos soportando que se reduce la dureza de la carne hasta en un 21.6%. <p style="text-align:justify">Altas Presiones Hidrost&aacute;ticas (APH) <p style="text-align:justify">Este m&eacute;todo de procesamiento consiste en aplicar al alimento presiones entre 100 y 1000 MPa. Se introduce al alimento dentro de un empaque flexible y se lo coloca en una c&aacute;mara de altas presiones. La presi&oacute;n se transmite de forma uniforme en todas las direcciones a trav&eacute;s del empaque hasta el alimento, por medio de un fluido de transmisi&oacute;n de presi&oacute;n (generalmente agua) (Gim&eacute;nez et al., 2015; Khan et al., 2016; Salazar et al., 2021). A pesar de ello, las c&aacute;maras de procesamiento comerciales tienen un l&iacute;mite de 700 MPa (Gim&eacute;nez et al., 2015). <p style="text-align:justify">Al igual que el proceso de irradiaci&oacute;n, esta tecnolog&iacute;a incrementa tan poco la temperatura que es considerada como no t&eacute;rmica, tiene&nbsp; un aumento aproximado de temperatura de 3&deg;C por cada 100 MPa de presi&oacute;n aplicada. Las APH son utilizadas principalmente en productos c&aacute;rnicos como jam&oacute;n cocido, jam&oacute;n curado, algunas comidas precocinadas con pavo, cortes de pollo y cerdo, comidas precocinadas de aves de corral, jam&oacute;n de Parma, mortadela, tocino, salami y otros embutidos ahumados o no ahumados (Hereu et al., 2012; Gim&eacute;nez et al., 2015; Hygreeva and Pandey, 2016; Salazar et al., 2021). <p style="text-align:justify">La importancia de APH radica en su efectividad en el control de microorganismos en un producto alimenticio, mientras mantiene su frescura y textura por un tiempo prolongado sin la necesidad de la utilizaci&oacute;n de conservantes. Las ventajas que tienen las APH a comparaci&oacute;n de m&eacute;todos tradicionales de energ&iacute;a t&eacute;rmica son: menor da&ntilde;o por calor, menor tiempo de procesamiento, retenci&oacute;n de frescura, textura y color, retenci&oacute;n de vitaminas, cambios m&iacute;nimos durante la congelaci&oacute;n del material y menores cambios indeseables en las propiedades funcionales (Khan et al., 2016). Estas ventajas son atribuidas a que la presi&oacute;n no afecta sobre los enlaces covalentes de las mol&eacute;culas, por lo que se conservan estas caracter&iacute;sticas de calidad (Salazar et al., 2021) La metodolog&iacute;a de APH puede llevarse a cabo en alimentos s&oacute;lidos y l&iacute;quidos, por medio de tres formas: por lotes, continuo o semicontinuo. En los casos de procesamiento continuo o semicontinuo, el alimento debe ser fluido bombeable y posterior al tratamiento debe empacarse as&eacute;pticamente. En el caso del procesamiento por lotes los productos pueden ser s&oacute;lidos o fluidos, siendo posible su procesamiento dentro de su empaque. <p style="text-align:justify">Las APH tienen efectos deseables en los alimentos, ya que producen desnaturalizaci&oacute;n de prote&iacute;nas en organelos bacterianos como la membrana, inactivaci&oacute;n de enzimas, cambios en interacci&oacute;n enzima con sustrato, as&iacute; como en grasas y carbohidratos. Adicionalmente, conservan las caracter&iacute;sticas nutricionales, vitaminas y sustancias responsables del sabor y aroma del alimento, lo cual resulta en modificaciones m&iacute;nimas a las caracter&iacute;sticas sensoriales de productos c&aacute;rnicos. Se han utilizado APH para la preservaci&oacute;n de productos c&aacute;rnicos con efectos positivos en actividad proteol&iacute;tica, propiedades de textura, sabor y aroma (Gim&eacute;nez et al., 2015). <p style="text-align:justify">La descontaminaci&oacute;n del alimento se da debido a que el da&ntilde;o celular ocurre en una primera instancia en la membrana celular con un consecuente cambio en la permeabilidad, causando p&eacute;rdida de fluido intracelular e inhibiendo las reacciones bioqu&iacute;micas celulares. Tambi&eacute;n ocurren cambios en la morfolog&iacute;a, mecanismo gen&eacute;tico, los sistemas de transporte, p&eacute;rdida de respuesta osm&oacute;tica e incapacidad de mantener el pH (Aymerich et al., 2008; Reyes et al., 2015). Sin embargo, su efectividad depende de varios factores como: tipo de microorganismo, fase de crecimiento, presi&oacute;n aplicada, tiempo de procesamiento, composici&oacute;n del alimento, temperatura, pH y actividad de agua. <p style="text-align:justify">La presi&oacute;n m&aacute;s com&uacute;nmente utilizada para el tratamiento de productos c&aacute;rnicos es en un rango de 300 a 600 MPa, por cortos per&iacute;odos de tiempo, que van desde un minuto hasta 20 minutos; los cuales son tratamientos suficientes para la reducci&oacute;n de distintos microorganismos como E. coli, Campylobacter jejuni, Pseudomonas aeruginosa, S. typhimurium y Yersinia enterocolitica. En ese rango de presi&oacute;n se da una p&eacute;rdida de color en la carne, ya que a presiones mayores a 300 MPa se desnaturaliza la mioglobina, perdiendo el hierro del grupo hemo (Gim&eacute;nez et al., 2015). Para una reducci&oacute;n de 12D de Clostridium botulinum es necesaria una combinaci&oacute;n de APH con presiones de 530 MPa y un tratamiento t&eacute;rmico por arriba de los 70 &deg;C. En este tratamiento combinado se obtienen mejores caracter&iacute;sticas de calidad fisicoqu&iacute;micas como el color, en comparaci&oacute;n con el m&eacute;todo de esterilizaci&oacute;n sin combinar, ya que es menos severo contra dichas caracter&iacute;sticas fisicoqu&iacute;micas (Aymerich et al., 2008; Hygreeva y Pandey, 2016). Un tratamiento entre 400 y 500 MPa suele ser suficiente para alcanzar el grado de seguridad objetivo para productos c&aacute;rnicos, mientras que uno entre 700 y 800 MPa es suficiente para carne fresca (Aymerich et al., 2008). Sin embargo, las condiciones de procesamiento m&aacute;s favorables en cuanto a seguridad y la relaci&oacute;n costo-efectividad son aplicando presiones entre 350 y 400 MPa en combinaci&oacute;n con temperaturas entre 60 y 80 &deg;C, y tiempos de entre 1 a 15 min (Khan et al., 2016). <p style="text-align:justify">Se han realizado investigaciones en donde se observa una disminuci&oacute;n de las caracter&iacute;sticas de calidad y p&eacute;rdida de compuestos activos durante el almacenaje, tales como p&eacute;rdida de aroma y color y oxidaci&oacute;n lip&iacute;dica, debido a una actividad enzim&aacute;tica residual (Salazar et al., 2021). La utilizaci&oacute;n de APH en carne fresca tiene como consecuencia un cambio negativo en el color, debido a una desnaturalizaci&oacute;n de la mioglobina (Szerman et al., 2011). Mientras que en los productos c&aacute;rnicos este cambio es muy peque&ntilde;o, dando como resultado un producto final con color aceptable y con estabilidad microbiol&oacute;gica (Gim&eacute;nez et al., 2015). La mayor ventaja de la utilizaci&oacute;n de APH sobre par&aacute;metros organol&eacute;pticos en carne es la mejora de la terneza. La mejora en la dureza de la carne por las APH depende principalmente del tiempo post-mortem en que estas son aplicadas y el nivel presi&oacute;n. De manera general, la reducci&oacute;n de dureza se debe a los efectos de las APH (100 a 300 MPa) aplicadas pre-rigor mortis sobre las prote&iacute;nas de la carne. Esto consiste en: solubilizaci&oacute;n de prote&iacute;nas miofibrilares (actina -miosina), desintegraci&oacute;n de prote&iacute;nas de l&iacute;nea Z, despolimerizaci&oacute;n de F-actina, rupturas de banda I, disociaci&oacute;n y deformaci&oacute;n de miosina, lo cual en conjunto provoca la fragmentaci&oacute;n y ruptura de la estructura fibrilar. Sin embargo, presiones mayores a 400 HPa o aplicaci&oacute;n post-rigor mortis puede ocasionar efectos nulos o incremento de la dureza por oxidaci&oacute;n de prote&iacute;nas (Bolumar et al., 2020). <p style="text-align:justify">Conclusiones <p style="text-align:justify">Los m&eacute;todos no t&eacute;rmicos de procesamiento para productos c&aacute;rnicos parecen tener un futuro prometedor en la industria c&aacute;rnica. Aunque a&uacute;n es necesaria la exploraci&oacute;n experimental sobre par&aacute;metros de aplicaci&oacute;n, todos ellos ya han demostrado su capacidad de reducci&oacute;n eficaz de cargas bacterianas, tanto pat&oacute;genas como de descomposici&oacute;n de los alimentos. Algunos como el ultrasonido, tambi&eacute;n han demostrado buenos resultados sobre caracter&iacute;sticas sensoriales como la terneza de la carne o el pH. <p style="text-align:justify">Todos estos beneficios, pueden ser de utilidad para productores y procesadores de carne, ya que ayudan a contribuir a alcanzar los niveles de inocuidad alimentaria demandados por los consumidores e instancias reguladoras, sin comprometer las caracter&iacute;sticas nutricionales y sensoriales, com&uacute;nmente degradadas por los m&eacute;todos t&eacute;rmicos en los alimentos. <p style="text-align:justify">Solicitar bibliograf&iacute;a a prensa@redalimentaria.net