Producción • INFORME ESPECIAL: PRODUCCIÓN

Tres desafíos para convertir a la ganadería en un sector clave para el desarrollo del país

Frente a un 2024 con cambios políticos, la ganadería de carne bovina se debe centrar en incrementar la productividad del rodeo y el volumen de exportaciones.

  • 05/01/2024 • 13:22

Por: José M. Lizzi. Líder del Área de Ganadería, I+D CREA.

Fotos: CREA

Al pensar en desafíos para el sector ganadero argentino, cada uno como especialistas en algún tema, hacemos propuestas con nuestro sesgo particular. Hay dos aspectos recurrentes: el desafío de incrementar la productividad del rodeo nacional -con el aumento de la tasa de destete y el peso medio de faena- y el incremento del volumen de carne exportada. Respecto de la productividad, hace varios años viene estabilizada en el orden de 60-62% de relación ternero:vaca y 225-230 kg res por cabeza de peso medio de faena. Respecto de las exportaciones, el asunto es un poco diferente. 

¿Por qué nos cuesta tanto mejorar los indicadores de productividad? ¿Acaso no se conocen las tecnologías para hacerlo? ¿No hay técnicos, asesores veterinarios, pasturólogos, nutricionistas los suficientemente capacitados? ¿Por qué los sistemas de producción son tan vulnerables y, cada vez más, a los eventos climáticos extremos? ¿Por qué estamos perdiendo relevancia internacional frente a nuestros competidores? ¿Por qué Brasil tiene una tasa de mejora en el sector significativamente mejor a la nuestra? o… ¿Por qué Australia con la mitad de stock que Argentina produce lo mismo y exporta un 60% más? Si bien no hay una respuesta simple y lineal para estas preguntas, todas van apuntando en una misma dirección: la pérdida de competitividad del negocio ocasionada por las malas políticas sectoriales implementadas en los últimos 90 años es la causa base de todo ello. 

Estamos frente a un cambio de políticas sectoriales, entonces parecería que ésta ya no debería ser la justificación para que algunas cosas no cambien. Sin embargo, tantos años de “malas prácticas” generan cultura y si queremos cambiar el negocio hay que cambiar esa cultura, ahí radica el principal desafío. Tal vez, el primer desafío a trabajar sea comunicar mejor el valor y la importancia del sector como generador de empleo y valor agregado, por su amplia ocupación territorial, por la responsabilidad en la gestión ambiental de gran parte del territorio nacional a excepción de las tierras exclusivamente agrícolas y los desiertos. También, y no menos importante, la actividad ganadera nos conecta con nuestra cultura e identidad como nación. Para que esto ocurra, debe haber un plan, un mensaje unificado y un gran objetivo estratégico que traccione a la cadena en pos de la mejora en el largo plazo a tal punto de dejar casi insignificantes las tensiones de la coyuntura. Algo de esto ya inició liderado por FADA en la Mesa de las carnes, pero tiene que seguir evolucionando.

¿Por qué surge de forma recurrente la necesidad de exportar más? En principio porque parece lógico que si Argentina consume 50 kg de carne vacuna por persona por año y el promedio mundial oscila en los 8-9 kg y Argentina cuenta con el 0,6% de la población mundial, parecería que el mercado externo es mucho más grande y está desabastecido. Sin embargo, yo creo que es más por una cuestión de haber sufrido los efectos negativos de varios cierres de exportaciones y la contracción de la demanda, solo para generar un pulso de oferta artificial y que el precio interno baje. Esto, luego siempre se tradujo en pérdidas estructurales de capacidad productiva del sector. Pero tenemos una buena noticia: durante el 2023 tuvimos nuestro récord histórico de exportaciones, que según nuestras estimaciones oscilaría en 940 mil toneladas equivalente res con hueso. Esta es una muy buena noticia porque implica que sin hacer demasiado ya tenemos una cuota importante de mercado y aquí aparece el segundo desafío: mantener o aumentar el volumen exportadodurante el 2023 ya que nuestros competidores están destinando grandes esfuerzos diplomáticos y de marketing para quedarse con algo de nuestra cuota de mercado. Acá hay mucho trabajo por hacer en cuanto a negociar cuotas y aranceles, especialmente con los socios comerciales con los que tenemos las balanzas totalmente desequilibradas.

Tenemos posibilidades de mantener o expandir levemente nuestras exportaciones para el 2024, pero… ¿Qué pasa con el consumo interno? Durante 2023 no solo tuvimos récord de exportaciones, también tuvimos récord de terneros destetados (15,13 millones de terneros) y la faena más alta en cabezas después del 2009, año de la gran liquidación alcanzando los 14,6 millones de cabezas. Ambos indicadores se esperan que caigan para el 2024. Primero, porque el nivel tan alto de faena fue producto de la sequía que afectó por tercer año consecutivo a todo el país y ya se revirtió. Segundo, por efecto de la sequía tendremos 1,3 millones de vacas menos que fueron a faena y las que quedaron se preñarán menos que el año anterior. Entonces aquí radica el tercer gran desafío, el sector tiene “músculo” y tenemos margen para agregar kg por cabeza especialmente en novillos y novillitos. Si el resultado económico lo permite y la demanda tracciona habrá chances de intensificar sistemas para aumentar las ganancias de peso y así incrementar la oferta de carne para sostener el consumo en torno a los 45 kg/hab/año. Es clave entender que no se trata de incrementar el peso medio de faena, se trata de aumentar las ganancias de peso diario y eso es la eficiencia de stock. Como indicador global, Argentina hoy se encuentra en torno a los 54-56 kg res/cabeza cuando debería aspirar a 80 kg res/cab. Esto es mayor productividad, mayor eficiencia global y menor impacto ambiental, especialmente emisiones de gases de efecto invernadero, el gran tema junto con la deforestación para seguir accediendo a mercados cada vez más exigentes.

El sector ganadero argentino tiene enormes aptitudes y la necesidad de incorporar tecnología. Tenemos técnicos extraordinarios, gente apasionada por la actividad, cultura y conocimiento de cómo hacer las cosas, un rodeo con mucho potencial, y muchos activos ociosos a la espera de que las señales sean claras para ser nuevamente un sector clave en el desarrollo del país.