Estrategias para atrapar al consumidor

Por: Marcela Mascheroni, Técnico Líder en Alfa Group

Fotos: Banco de imágenes

Teniendo en cuenta la situación inflacionaria actual que transita Argentina, el consumidor se ve inmerso en una situación socio-económica desfavorable en su nivel adquisitivo, la cual obliga, a la hora de elegir los productos que va a consumir, optar por una forma de selección prudente para su bolsillo, pero no por ello menos saludable para su salud.

Por lo tanto, la industria cárnica se ve forzada a encontrar un balance eficiente en la elaboración de productos, cumpliendo éstos con los requisitos del consumidor (precio acorde a la situación económica y calidad nutricional media-alta) y optimizando de manera continua los procesos productivos industriales.

En los últimos años, la tendencia a consumir productos Premium o de alta calidad nutricional (por circunstancias religiosas, de salud, ambiental, entre otras) marcó un fuerte incremento en la sociedad a nivel mundial, lo cual encendió la alarma entre los fabricantes de productos alimenticios, de darle prioridad a este punto y ocuparse de manera urgente en cumplir con los nuevos requerimientos.

“El reto fundamental se basa en obtener productos que conserven intacta la calidad respecto a textura, aroma, sabor y aceptación en el mercado”

Tendencias cárnicas

Para el caso de los productos cárnicos, la principal estrategia de los fabricantes se centra en la búsqueda continua de reducción en los porcentajes de grasa, sodio y aditivos clasificados como “pocos saludables” en todos los productos; siempre teniendo en cuenta que estas reducciones deben ir acompañadas de precios accesibles y acordes a la economía familiar actual.

“La industria cárnica se ve forzada a encontrar un balance eficiente en la elaboración de productos, cumpliendo éstos con los requisitos del consumidor y optimizando de manera continua los procesos productivos industriales”

Desde la aprobación de la Ley de Sellos, los consumidores argentinos se han mostrado atentos a reconocer y cuestionar dichas imágenes en los productos que consumen. Por ello, se ha incrementado entre la población el interés por entender su significado, reconocer los ingredientes utilizados y revisar la información nutricional mostrada en las tablas de los empaques, lo cual obliga a los fabricantes a tomar cartas en el asunto.

El reto fundamental se basa en obtener productos que conserven intacta la calidad respecto a textura, aroma, sabor y aceptación en el mercado. Los productos que más impacto y revisión necesitan son los curados y/o crudos, cuyas características organolépticas se verán fuertemente influenciadas por la reducción y/o eliminación de ingredientes “fundamentales” para su percepción en boca cuando se los consume.

Los esfuerzos vienen enfocados en la reducción del uso de colorantes, saborizantes y/o conservantes o en su completa eliminación de las fórmulas tradicionalmente trabajadas, lo cual implica indefectiblemente, un cambio en las líneas de producción con la incorporación de nuevas tecnologías que sean eficaces en la conservación tanto del valor nutricional como de la estabilidad de los alimentos cárnicos en el tiempo.

Es cada vez más frecuente encontrar en las góndolas productos enriquecidos con fibras vegetales, vitaminas, minerales, uso de extractos naturales micro encapsulados como conservantes y muchas tecnologías de conservación de los alimentos que se muestran y prometen ser “amigables” con la salud de quien los consume y con una forma lo más natural posible de alimentación diaria.

Por lo tanto, para este 2024 los esfuerzos se centrarán en atrapar al consumidor con productos innovadores y “reales”, enfocados siempre en cumplir sus necesidades, preocupaciones y deseos y que los impulsen a elegir uno u otro producto cuando se presenten ante ellos.

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