Por: Guillermina Garc&iacute;a. Art&iacute;culo publicado en https://thefoodtech.com/&nbsp; Fotos: The Food Tech / Banco de im&aacute;genes Los envases activos tienen como objetivo mejorar la seguridad alimentaria, preservar la calidad del alimento envasado y alargar su vida &uacute;til. Dependiendo de los mecanismos de deterioro del alimento a envasar, se puede recurrir a diferentes estrategias de envasado activo. En el caso concreto de los productos c&aacute;rnicos los envases activos antimicrobianos son una de las l&iacute;neas de invocaci&oacute;n que m&aacute;s se est&aacute;n explorando, siendo su objetivo el de prevenir o ralentizar el desarrollo de microorganismos con el fin de aumentar la vida &uacute;til y garantizar la seguridad alimentaria. &ldquo;El concepto de envase activo se basa en la incorporaci&oacute;n de sustancias activas antimicrobianas al propio envase en forma de recubrimiento funcional&rdquo; En los productos c&aacute;rnicos, la contaminaci&oacute;n por microorganismos tiene lugar principalmente en la superficie del alimento. Tradicionalmente, para contribuir a la conservaci&oacute;n de la carne se ha recurrido a aditivos que se incorporan en el propio alimento. El concepto de envase activo se basa en la incorporaci&oacute;n de sustancias activas antimicrobianas al propio envase en forma de recubrimiento funcional, as&iacute; se consigue una liberaci&oacute;n controlada de los compuestos activos desde la pared del envase a la superficie del alimento con la ventaja de que los conservantes est&aacute;n restringidos a la superficie del mismo, en comparaci&oacute;n con el m&eacute;todo tradicional de adici&oacute;n directa al alimento. Hay una gran cantidad de sustancias activas con propiedades antimicrobianas como el etanol, di&oacute;xido de carbono, iones de plata o antibi&oacute;ticos, as&iacute; como otras de origen m&aacute;s natural como los aceites esenciales, extractos vegetales o algunas especias. La elecci&oacute;n de la sustancia activa m&aacute;s adecuada depender&aacute; del tipo de carne a envasar. <p style="text-align: center;"> Dependiendo de la finalidad del envasado activo, si el objetivo es contribuir a aumentar la vida &uacute;til o prevenir el desarrollo de microorganismos pat&oacute;genos que puedan comprometer la seguridad alimentaria, se utilizan unos m&eacute;todos u otros. Empaques con antimicrobianos Para contribuir a aumentar la vida &uacute;til se recomienda la selecci&oacute;n de sustancias activas antimicrobianas. Una de las sustancias activas que se puede emplear con buenos resultados, es Etil Lauroil Arginato (LAE). El LAE es una mol&eacute;cula que presenta una amplia gama de propiedades antimicrobianas. Tiene una estabilidad qu&iacute;mica a pH entre 3 y 7 y es soluble en agua, lo que permite su incorporaci&oacute;n a formulados base acuosa destinados a ser aplicados como recubrimientos sobre films de envases. Su uso es habitual como aditivo, por ejemplo, en c&aacute;rnicos cocidos siendo aplicado por inmersi&oacute;n directa del producto c&aacute;rnico en una disoluci&oacute;n acuosa de LAE. Una vez en el organismo humano, el LAE es capaz de hidrolizarse por las v&iacute;as metab&oacute;licas comunes lo que le confiere gran seguridad, habiendo sido aprobado para contacto alimentario por organismos tales como la FDA de Estados Unidos o la Uni&oacute;n Europea. La seguridad alimentaria mejora con envases activos En otro caso, si el objetivo del envasado activo es de tipo preventivo, como prevenir el desarrollo de microorganismos pat&oacute;genos que puedan comprometer la seguridad alimentaria, se recomienda el empleo de bacteri&oacute;fagos como sustancia activa. <p style="text-align: center;">&ldquo;La elecci&oacute;n de la sustancia activa m&aacute;s adecuada depender&aacute; del tipo de carne a envasar&rdquo; Los bacteri&oacute;fagos (fagos) son virus capaces de infectar bacterias, presentan la ventaja de ser los microorganismos m&aacute;s abundantes en el medio ambiente, ya que est&aacute;n presentes de forma natural en los alimentos y el agua. <p style="text-align: center;"> Adem&aacute;s, son altamente selectivos, es decir, un bacteri&oacute;fago capaz de infectar, por ejemplo, a la Salmonella no podr&aacute; infectar otro tipo de c&eacute;lulas por lo que, consecuentemente, son inofensivos para los humanos, animales y plantas. Organismos como la FDA reconocen a los fagos como seguros (GRAS), permitiendo algunos de ellos como aditivos alimentarios, frente a Listeria, Salmonella, E. coli, entre otros. Respecto a la Uni&oacute;n Europea, el fago frente a Listeria cuenta con opini&oacute;n positiva por parte de EFSA desde 2016.