Producción • Sostenibilidad

Economía Circular: La valoración de efluentes bovinos

 La conciencia sobre el impacto negativo que provoca la producción ganadera en el ambiente, plantea la implementación de un modelo que incluye nuevas estrategias para crear valor a partir de los residuos generados

  • 17/09/2025 • 12:05
Fotos: Bando de imágenes

Sociales del Sur (IIESS-UNS/CONICET).


El tema vinculado al cuidado del ambiente es transversal a la vida cotidiana del ser humano. Inclusive en el ámbito del arte surgen expresiones artísticas que ponen de manifiesto esta preocupación, la que queda plasmada en diversas obras. Teniendo en cuenta la incidencia de las acciones que originan impactos negativos en el ambiente, es necesario pensar en una nueva forma de producción, como lo es el modelo de Economía Circular (EC). Este modelo plantea una estrategia para reducir el impacto negativo sobre el ambiente, y ofrece una alternativa al modelo lineal empresarial tradicional, en la que el producto final es la fuente de creación de valor y alcanza su punto más alto con su consumo. Es evidente la creciente concientización con respecto al cuidado del ambiente. Ello ha impulsado actividades de I&D con el propósito de elaborar nuevos modelos basados en la mitigación del cambio climático que puedan ser adoptados por empresas privadas.

A nivel nacional, en los últimos años, diversos planes energéticos han incentivado la generación de bioenergía. Los distintos tipos de residuos orgánicos y/o efluentes provenientes de diversas actividades productivas pueden ser tratados en biodigestores. A partir del proceso de digestión anaeróbica es posible obtener metano, como así también bioenergía. El producto final (biol), que se deposita en lagunas exteriores, es rico en macronutrientes, tales como Nitrógeno, Fósforo y Potasio, constituyéndose en un fertilizante totalmente inocuo para el suelo. Dada la elevada inversión inicial que implica la construcción de este tipo de plantas, cuando se trata de efluentes (de bovinos en este caso de estudio), es posible disminuir el impacto negativo que estos generan en el ambiente a partir de su adecuado tratamiento. En el caso particular de la producción ganadera a corral, las excretas emitidas ocasionan contaminación del suelo y napas (Andriullo et al, 2003)1. Cuando esa materia orgánica es compostada, es posible luego emplearla en forma de abono orgánico sin que ello implique un perjuicio para el ambiente. 

Según Anibal Pordomingo (2014)2, teniendo en cuenta la digestibilidad de la dieta del vacuno, un novillo de 450 kg produce un promedio diario de 27 kg de excrementos húmedos (orina y heces), con una variación de 25% (dependiendo del clima, el consumo de agua y el tipo de dieta). A modo de ejemplo, considerando un rodeo de 500 vacunos, se producen diariamente 13,5 Tn de estiércol, lo que mensualmente arroja 405 Tn. Marcos Bragachini et al. (2015)3 estima que este estiércol posee un 20% de materia seca, lo que equivaldría a 81Tn de materia seca al mes. De acuerdo a la literatura consultada, existen diferencias entre las distintas proporciones de nutrientes por Tn. de materia seca. Siguiendo a Pordomingo, una tonelada de excrementos de bovinos (orina más heces) contiene en promedio 5 kg de nitrógeno, 1 kg de fósforo y 4 kg de potasio. Si no se considera la fracción líquida, el excremento resulta en 2,5 kg de nitrógeno, 1 kg de fósforo y 0,8 kg de potasio. Sobre la base de 500 vacunos de 450 kg y 25 kg de estiércol diario, en la Tabla 1 puede apreciarse la cantidad de nutrientes que estos podrían generar mensual y anualmente:

 

Algunos de los fertilizantes comerciales más comúnmente empleados para la reposición de nutrientes son: Urea, cuyo componente principal es el N (46%), Fosfato Diamónico (16% de P) y Cloruro de Potasio (60% de K). Los precios por tonelada se exponen en la Tabla 2:

 

A partir de esos porcentajes de N, P y K es posible inferir el precio por tonelada de estos nutrientes y estimar el valor del biofertilizante. Como puede observarse en la Tabla 3, el adecuado tratamiento del estiércol correspondiente a 500 cabezas de ganado bovino bajo engorde a corral proporciona fertilizante orgánico apto para ser aplicado al suelo, cuyo valor equivale a US$ 8776,427.     

 

Como conclusión, cabe mencionar que las actividades productivas generan residuos que impactan negativamente en el ambiente. En el caso particular de la producción ganadera a corral, las excretas emitidas ocasionan contaminación del suelo y napas. Pueden ser tratadas en biodigestores y a partir de allí obtener biogás, bioelectricidad y biofertilizante. Por otra parte, cuando esa materia orgánica es compostada, es posible luego emplearla en forma de abono orgánico sin que ello implique un perjuicio para el ambiente, generando un ahorro en costo en fertilizantes.

Referencias:

1.  Andriullo, A., Sasal, C., Améndola, C.,y Rimatori, F.(2003). Impacto de un sistema intensivo de producción de carne vacuna sobre algunas propiedades del suelo y del agua. Disponible en https://www.produccion-animal.com.ar/sustentabilidad/21-impacto_de_un_sistema_intensivo_de_produccion_de_carne.pdf

2.  Pordomingo, A. (2014). Efectos ambientales de la intensificación ganadera. Edic. INTA. INTA Anguil. La Pampa.

3.   Bragachini, M. et al (2015). Oportunidades de la bioenergía en el sector agropecuario: efluentes y cultivos energéticos. Disponible en http://inta.gob.ar/documentos/oportunidades-de-labioenergia-en-el-sector-agropecuario-efluentes-y-cultivos-e